MI LICEO, MI CAOS BONITO
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Autor
Samay Gatica
1ro Medio
Cada vez que cruzo la entrada del Liceo Nibaldo, siento un torbellino en el pecho. A veces me ahogo en el estrés: las pruebas, los trabajos que se acumulan, las voces que rebotan en los pasillos. Me siento al límite, como si no pudiera más. Pero también, en medio del cansancio, hay momentos que me salvan. Las risas con mis amigas, un “buen trabajo” de algún profe, una canción sonando en el recreo. Y entonces recuerdo por qué quiero tanto este lugar. Aunque me estrese, también me alegra. El liceo es parte de mí, con todo y su locura.