MI NIBALDO

Karla camina por los pasillos del Liceo Nibaldo Sepúlveda Fernandes, el lugar donde ha reído, llorado, hecho amigos y crecido. Recuerda los días de desafíos, las pruebas interminables, pero también las charlas con amigos, los pequeños logros que se sentían como victorias grandes. El sonido de las risas resuena en sus oídos y recuerda en su corazón los momentos que hasta ahora son bonitos y que guarda en su mente. Las cosas que pasen ahora o en un futuro en el Nibaldo las llevará en su corazón toda la vida, aun siendo momentos de tristeza o que tal vez no valgan la pena recordar, porque el Nibaldo siempre va a ser como un segundo hogar.